martes, 30 de agosto de 2011

.


No me lo digas más.
Y se marchó, pero antes, antes me miró, fue una mirada tierna, llena de amor, una mirada de esas que se quedan grabadas, me dijo que me quería, que volvería, que nunca me olvidaría, que era lo mejor que le había pasado en la vida.
Y le dije que le esperaría, que daría lo que fuera por estar siempre a su lado.
Y esperé, esperé días, meses, años… Y no tenía noticia suya hasta que me llegó una carta que decía lo siguiente:
“Lo siento, de verdad, siento que no hayas tenido noticias mías en este tiempo, pero he rehecho mi vida, me he casado, tengo una preciosa hija y otra en camino, quise decírtelo antes pero no quería hacerte daño”
¿De qué sirve que me digas que me quieres, que volverás..?
No volveré a creerme un “tequiero”, nunca más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario